lunes, 4 de enero de 2021

Pensar #laescuelaqueviene - 2° temporada 2020

Durante el mes de septiembre Fundación Santillana retomó una nueva fase de diálogo y conversación de #laescuelaqueviene, una iniciativa para reflexionar, analizar y debatir, desde la perspectiva del impacto del COVID-19 en el ámbito, y fundamentalmente de imaginar entre todos la escuela que queremos. Aquí una crónica de la 1° temporada.

Durante estos meses (de septiembre a diciembre) se reflexionó sobre 4 temáticas centrales organizadas en 4 grandes ciclos de conversación: 

  • el papel de los estudiantes en la escuela que viene,
  • los retos de las políticas educativas en pandemia,
  • los modelos de las escuelas en selvas, aldeas y hospitales,
  • la definición de los saberes que debe promover la escuela hoy. 

Ya se encuentra publicado el Informe de la 2° temporada del ciclo de reflexiones Una mirada al mañana para la escuela que vieneEste informe sintetiza las "voces" participantes de esta 2° temporada y presenta un nuevo manifiesto de la escuela que viene en #10claves
  1. Queremos ser escuela.
  2. Defendemos el derecho a la educación de forma integral para niños, niñas y adolescentes.
  3. Apostamos por una escuela entrelazada en todas las dimensiones de nuestra vida.
  4. Queremos una escuela que sea al mismo tiempo comunidad de aprendizaje y  comunidad de cuidados.
  5. Creemos en las escuelas como espacios de esperanza, refugio, bienestar y crecimiento.
  6. Impulsamos la mejora de la escuela conectando a las escuelas comprometidas con los retos globales y conscientes de su contexto local.
  7. Estamos convencidos que los desafíos del sistema educativo deben abordarse según las especificidades de cada nivel.
  8. Necesitamos prepararnos para el siglo de los estudiantes.
  9. Creemos en una escuela que abre ventanas y expande horizontes.
  10. Apostamos por inspirar a escuelas y docentes con escuelas y docentes.

Luego de haber transitado prácticamente un ciclo lectivo en Argentina de una escuela sin presencialidad, y a partir de la experiencia recorrida, sigo pensando en la educación que viene y por supuesto vuelve a una pregunta muy recurrente ¿todo lo tradicional deberá ser reemplazado por “algo nuevo”, será necesario que se complemente o todo volverá como el 2019?

Como los extremos no son buenos, no creo que todo “lo tradicional” tenga que ser reemplazado. Siempre tuve la idea que todo tiene que ser mejorable, adaptable a cada contexto. Desde hace algún tiempo trato de “experimentar”, con planificación, por supuesto, en esta idea de Mariana Maggio de reinventar la clase, de involucrar a los estudiantes ensayando determinadas dinámicas, de aprender juntos. Esto ya lo venía probando antes de la Pandemia, y muchos docentes ya lo venían haciendo. Los cambios “ya estaban sucediendo en los márgenes” antes de la Pandemia.

Esta situación de aislamiento nos cambió el escenario (de lo presencial a lo virtual) pero no necesariamente se produjo un cambio de “lo tradicional”. Con el tiempo se fue ordenando, pero luego de tantos meses creo que aún necesitamos más capacitación para la sincronía:  estamos “superproducidos” de contenidos, lo que nos faltan son estrategias. El reto es pensar cambios profundos, de reingeniería de los modelos educativos que nos permitan recrear el clima académico en una “institución anfibia” (denominada así por Roberto Igarza). 

En vistas a pensar el ciclo lectivo que viene 2021, imagino diferentes modelos de semipresencialidad, de hibridación según el contexto de cada ciudad, y también de cada nivel educativo, y que básicamente consideren: 
  • reestructuración de la carga horaria del docente; 
  • formación permanente en innovación, en el desarrollo de metodologías de enseñanza en línea, y
  • diseño y codiseño de actividades presenciales creativas y "potentes".
La enseñanza que nos ha dejado este 2020, más allá de todo lo analizado en cuanto a brechas, desigualdades sociales y tecnológicas, es que la escuela ha podido adaptarse al COVID-19. La pregunta para este 2021 que está iniciando es si podrá adaptarse a las necesidades sociales "posCOVID-9".